Hola de nuevo, esperamos que estés bien al leer este nuevo artículo. Hoy compartimos el mensaje de Abraham Sampedro titulado «Cristo es la Roca que nos sostiene al enfrentar la inseguridad». Puedes escucharlo aquí o leer el mensaje íntegro más abajo:
Texto del mensaje Cristo es la Roca que nos sostiene al enfrentar la inseguridad
Jesucristo es el mismo ayer y hoy y por los siglos. Y sus enseñanzas y el poder del Espíritu Santo cambiaron a personas en el pasado y pueden cambiarnos hoy. Pero Jesús no engaña a nadie, aunque sus palabras estaban llenas de esperanza, sus palabras también advertían de situaciones negativas que llegarían a nuestra vida.
Y esto es una realidad hoy. La mayoría de nosotros comenzamos el año con cierta normalidad pero llevamos algún tiempo viviendo momentos de tensa calma, la llegada del coronavirus al mundo entero nos generó inseguridad y hoy en día depende del canal que sintonices hablan de segunda ola de contagios. Si sumamos esto a todas las situaciones desagradables que podamos estar viviendo como familia, o con el trabajo…reconozcámoslo, vivimos tiempos raros y hay cosas que pueden estar generando confusión o inquietud
¿Y qué podemos hacer para estar más tranquilos? ¿Qué nos dice la Biblia para que que encontremos paz en medio de la inseguridad?
La Biblia no nos muestra algo sino alguien en el que podemos confiar, pero es alguien que dice cosas que nos piden cambios.
Pero antes de llegar al texto principal quiero recordaros lo que le precede. En Mateo 4:17 leemos que Jesús comenzó a predicar diciendo “arrepentíos porque el Reino de los cielos se ha acercado”
Y enseguida llamó a algunos hombres para que estuvieran a su lado y le ayudasen en la misión que Jesús tenía aquí en la tierra. Y todos sabéis que Jesús predicó y también sanó. Y llegó a hacerse muy conocido , tanto que le seguían multitudes.
Pero Jesús quería decirles algo especial a sus discípulos, las enseñanzas que leemos en mateo 5 hasta el 7. En estas enseñanzas Jesús habla de actitudes que Dios bendice.
Entre otras cosas Jesús les dijo: “bienaventurados los misericordiosos porque ellos alcanzarán misericordia” y también aclaró a sus discípulos enseñanzas de las escrituras que los fariseos habían manipulado.
Recordaréis que Jesús les habló de la ley, de los juramentos, del adulterio, del divorcio, de la ansiedad, de la oración, del dinero, del juzgar a los demás, de los falsos profetas y entre otras cosas de lo que cuesta seguirle.
¿A dónde quiero ir a parar recordando estas enseñanzas?
Pues al texto que vamos a leer hoy como base de este mensaje, porque lo que vamos a leer tiene mucha relación con lo que Jesús dijo anteriormente a lo que vamos a leer.
“24 Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca.
25 Descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y golpearon contra aquella casa; y no cayó, porque estaba fundada sobre la roca. 26 Pero cualquiera que me oye estas palabras y no las hace, le compararé a un hombre insensato, que edificó su casa sobre la arena;
27 y descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y dieron con ímpetu contra aquella casa; y cayó, y fue grande su ruina.
28 Y cuando terminó Jesús estas palabras, la gente se admiraba de su doctrina;
29 porque les enseñaba como quien tiene autoridad, y no como los escribas.
Por este motivo quería recordar lo que Jesús dijo antes de pronunciar estas palabras.
Porque Jesus esperaba cambios en las personas que le habían escuchado
Antes de nada leemos que Jesús comienza diciendo el texto que hemos leído: cualquiera.
En otras traducciones leemos “todo el que”
Esto es muy importante porque Jesús NO está limitando su mensaje a unos pocos. Cuando dijo “cualquiera», les dijo que los pobres y los ricos, hombres y mujeres, niños y mayores, los más sabios y los menos sabios, los sanos y los enfermos, todos independientemente de su origen, todos aquellos que le escucharan y pusieran en práctica sus palabras serían como el que edifica su casa sobre la roca.
¿Pero qué entenderían aquellas personas en relación a las palabras de Jesús? No podemos entrar en la mente de los que escucharon aquellas enseñanzas pero podemos imaginar qué pensarían de Jesús.
Aquel hombre que tenía poder para sanar enfermedades les estaba diciendo cosas distintas a las que escuchaban de los religiosos de su época. Aquellos religiosos hablaban de una manera pero vivían de otra.
Aquellos que creían saber mucho de las escrituras y que públicamente daban lecciones tenían un corazón que no había sido transformado. Imaginad si Jesús lo tenía claro que llegó a decir a sus seguidores «Así que, todo lo que os digan que guardéis, guardadlo y hacedlo; mas no hagáis conforme a sus obras, porque dicen, y no hacen.» S. Mateo 23:3
Y Jesús les estaba diciendo a los que quisieran escuchar que Dios era de otra manera , les estaba comprometiendo para que cambiaran de verdad. No les estaba contando historias que no tenían nada que ver con ellos sino que eran lecciones prácticas para que entendieran que lo que realmente quería Jesús era aclararles las verdaderas enseñanzas de las escrituras, que abandonaran sus pecados y se volvieran a Dios.
Y Jesús esto lo hizo a lo largo de toda su vida de manera clara y muchas veces usando ejemplos sencillos que todos pudieran entender.
Y este es el ejemplo que les puso que les ayudaría a ellos y nos ayuda a nosotros hoy.
Jesús les dijo que cualquiera que oyera aquellas palabras y las pusiera en práctica lo compararía con una persona prudente que edifica su casa sobre la roca.
Hoy en día si pensamos en edificar pensamos en un plano, una estructura, cemento, ladrillos, ventanas y toda una gran obra que dura algún tiempo. Yo no soy ni arquitecto ni albañil pero era un ejemplo tan sencillo para ellos como para nosotros. Ellos construían sobre algo firme para vivir su vida y ver su familia crecer con la confianza absoluta de que su casa se mantendría en pie para siempre.
¿Pero qué significa edificar sobre la roca en las palabras de Jesús? Él nos dice que la base no solo es aceptar sino practicar sus enseñanzas.
Jesús nos habla de aceptación pero también de rendición y renuncia. Porque si recordamos las palabras que Jesús dijo hasta ése momento, son palabras que te piden cambios. Y hay que estar dispuestos a cambiar.
Pero como decíamos al principio, Jesús no engaña a nadie. Él no trató de manipular a nadie diciendo que al aceptar sus enseñanzas y practicarlas todo iría bien.
Jesús dice claramente lo que ellos mismos sabían porque había algo que cada año pasaba en algún momento. A lo largo de un año habría lluvia, subiría el caudal de los ríos, el viento sería violento y de la construcción de su casa dependería la resistencia ante las dificultades del clima.
Si ponemos esta idea en el terreno espiritual es una situación muy parecida. Jesús no era un manipulador sino alguien muy realista.
Jesús nunca dijo que al escuchar y obedecer sus enseñanzas, aquellas personas nunca más tendrían problemas. Todos sabéis que los que enseñan estas cosas son los verdaderos manipuladores y nosotros tenemos que estar en contra de ése mensaje.
La teología que muchas veces hemos escuchado es que la lluvia y el viento nunca llegará, el sufrimiento no llegará…pero esto es como un sueño del que el Señor te despierta cuando menos te lo esperas.
Aquí les está diciendo que los problemas vendrían y todo dependía de que no solo escucharan sus enseñanzas sino de que las pusieran en práctica.
Y si creemos lo que les enseñó a ellos, nosotros también deberíamos empezar a reflexionar.
¿Te has preguntado si tu vida está basada no solo en escuchar sino en obedecer las enseñanzas de Jesús?
¿Te has preguntado lo que deberías hacer para llenar tu mente de las enseñanzas de Jesús y así ponerlas en práctica?
Porque Jesús también muestra la otra cara de la moneda.
Jesús también describe lo que le sucede a la persona que aunque escuche las palabras de Jesús no las pone en práctica.
Leemos que dice: «Pero cualquiera que me oye estas palabras y no las hace, le compararé a un hombre insensato, que edificó su casa sobre la arena; y descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y dieron con ímpetu contra aquella casa; y cayó, y fue grande su ruina.»S. Mateo 7:26-27
Preferimos no pensar en este escenario porque es mucho más doloroso. Pero si Cristo lo dijo, y nos llamamos cristianos, tenemos que tenerlo en cuenta: es una persona insensata que edifica su casa sobre la arena y nunca llueve ni hay viento….¿Dice eso? No lo dice hermanos.
Jesús dice que al no haber edificado sobre la roca, aquella casa fuese derribada por el impacto de la lluvia, los ríos y los vientos y por lo tanto aquella persona quedó arruinada.
Vemos que Jesús no maquilla su enseñanza. Dice claramente que le espera algo muy diferente a la persona que escucha y no pone en práctica sus enseñanzas. ¿Esto nos suena verdad? Suele pasar que pensemos en otras personas al leer estas palabras. El que sabe mucho pero no practica…
Pero cuando oímos mucho, o leemos mucho, o escuchamos muchas predicaciones y música cristiana y practicamos poco las enseñanzas de Jesús estamos siendo exactamente iguales que aquellos fariseos a los que acusaba Jesús.
Jesús es firme en sus enseñanzas y aunque es el hombre más humilde, más sensible y más compasivo que ha pisado esta tierra, él venía al mundo no solo para mostrar el carácter de Dios y sanar sino para que las personas en aquel momento de la historia entendieran su pecado y pudieran reconciliarse con Dios.
Y como toda acción tiene una reacción, cualquiera de nosotros habría pensado que aquellas palabras tan duras habrían generado malestar a las personas que escucharon el mensaje. Sin embargo sigamos leyendo:
«Y cuando terminó Jesús estas palabras, la gente se admiraba de su doctrina; porque les enseñaba como quien tiene autoridad, y no como los escribas.» S. Mateo 7:28-29
¿No os sorprende esta reacción? Pero es que Jesús no era como los fariseos y los escribas, era coherente, era genuino. Él no solo hablaba sino que practicaba las enseñanzas de las Escrituras y esto generaba admiración porque demostraba que lo que decía era real en su vida.
Hermanos, ojalá hubiéramos podido escuchar al Señor Jesús mientras decía estas palabras en aquellos momentos porque también le habríamos admirado y habríamos notado el corazón de Dios en aquel hombre tan especial.
Pero fijaos que a nosotros hoy también nos sucede algo muy especial. Aquellas personas que escucharon a Jesús en aquel momento comprendieron una parte del mensaje que hoy a nosotros se nos permite conocer. En aquel preciso instante ellos disfrutaban de su voz, de sus palabras y consuelo pero aún no sabían toda la historia.
Aquellas personas disfrutaron de Jesús en vida y muchos también le tocaron después de resucitar. Pero hermanos y hermanas hoy tenemos la Biblia. Hoy tenemos la historia completa ante nosotros y tenemos la oportunidad de conocerla en profundidad.
Y no solo sabemos que Jesús era el Hijo de Dios como muchos de ellos sino que murió cargando con nuestros pecados en la Cruz, resucitó para que sepamos que la muerte no puede con él y ahora es nuestro Salvador porque él es el único capaz de reconciliarnos con Dios.
Ahora estamos mucho más seguros de que vendrán lluvias y vientos pero Él sostendrá nuestra vida porque Cristo es la piedra angular como leemos en 1 Pedro 2:4-6
«Acercándoos a él, piedra viva, desechada ciertamente por los hombres, mas para Dios escogida y preciosa, 5 vosotros también, como piedras vivas, sed edificados como casa espiritual y sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo. 6 Por lo cual también contiene la Escritura: He aquí, pongo en Sion la principal piedra del ángulo, escogida, preciosa;
Y el que creyere en él, no será avergonzado.»
Cristo es la piedra viva, el fundamento de todo y por esto tenemos que acercarnos a Él. Porque es el Hijo de Dios, nuestro Salvador, nuestro Sumo Sacerdote y nuestro abogado delante de Dios Padre. Y no hay nadie más. Y aunque para muchos sea despreciado la Biblia dice que podemos estamos seguros de que confiando en Él no seremos avergonzados.
Así que aún estando en estas circunstancias de inseguridad en todo el mundo, a pesar de esta crisis que ya existe a nivel económico, en la salud, en el ámbito familiar, en el liderazgo de los países, seamos agradecidos al Señor y pidámosle que domine nuestra mente y nuestras acciones para que edifiquemos nuestra vida en la roca que es Cristo. Porque no hay otro como el Señor Jesucristo y esto es algo tan importante que todos necesitan saberlo.
Hermanos descubramos la Biblia, oremos pidiéndole a Dios que nos ayude a ponerla en práctica para que sostenga nuestra vida y nos de sabiduría para ser coherentes y tomar decisiones en lo que tengamos que cambiar. Cada uno lo sabe. Pongamos nuestra mente en la eternidad, en la seguridad de saber que nuestra vida está en manos de Dios y él tiene el control de todo. Y pidámosle paz aunque vengan lluvias y viento que intenten destruirnos.