Como cada año en estos días se repite una tradición: la romería en honor a la virgen de Zocueca. Durante varios meses un gran número de ciudadanos de Bailén preparan carrozas, trajes, vestidos (podríamos incluso decir que además preparan gran cantidad de alimentos y bebidas) para ir caminando, como en una celebración, siguiendo a las personas que dirigen la imagen de la patrona de Bailén, la virgen de Zocueca.
Son días especiales en los que no dudamos de la seriedad que tienen algunos siguiendo esta tradición. Respetamos que cada cual haga lo que considere, sobretodo si lo hace convencido. Hay personas que creen en el poder que pueda tener esta imagen y están comprometidas con su fe. Otros simplemente lo hacen porque siempre participaron, porque disfrutan de la fiesta y esta práctica religiosa es la única que sucede (junto a la semana santa) en todo el año.
Nuestra visión bíblica de estas posturas no puede coincidir con esta práctica, porque consideramos que se le da mucho valor a una imagen, aunque represente a la virgen.
En la Biblia leemos: «No tendrás otros dioses delante de mí. No te harás ídolo, ni semejanza alguna de lo que está arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra. No los adorarás ni los servirás; porque yo, el Señor tu Dios, soy Dios celoso, que castigo la iniquidad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen,y muestro misericordia a millares, a los que me aman y guardan mis mandamientos.» Éxodo 20:3-4
Además de la adoración a una imagen, represente a quien represente, se le está quitando la honra a la única persona que de verdad hizo todo lo necesario para restaurar la relación de la humanidad con Dios. Hablamos de Jesucristo.
Con la Biblia en la mano creemos que María fue una persona elegida por Dios, que fue una mujer muy especial a la que se le otorgó un papel fundamental en la historia. Habló con el ángel Gabriel que le comunicó que daría a luz al Salvador pero según la Biblia no podemos decir mucho más sobre ella. Dios la trató como a ninguna otra mujer para que Su Hijo naciese de ella, pero bíblicamente no encontramos más características destacadas de la mujer que dio a luz a Jesús.
Y como Jesús es el verdadero protagonista confiamos en él como nuestro único y suficiente Salvador. Porque es el sacrificio de Jesús en lugar de todos, el que nos limpia de pecado y nos acerca a Dios de la única forma posible. El que no tenía pecado ocupó el lugar de castigo por amor a todos los que realmente merecíamos ser castigados.
Estamos convencidos de que la fe en Jesús es suficiente para que nuestra relación con Dios se haya restaurado y ahora podamos disfrutar de una nueva vida junto a él para siempre.
Decimos esto para que se entienda que no podemos compartir, no estamos de acuerdo bíblicamente con la veneración de ninguna imagen porque aleja a Jesús del centro de nuestra fe y le quita el protagonismo que sólo puede tener el que nos salvó.
Nosotros amamos la ciudad de Bailén. Vivimos en Bailén y queremos lo mejor para cada ciudadano. Pero no podemos estar de acuerdo con estas tradiciones porque creemos en el mensaje de la Biblia. Y en la Biblia nunca se da más protagonismo a María que a Jesús.
Y no compartimos este mensaje desde una posición superior para destacar que nosotros lo hacemos mejor que nadie. Pero también queremos compartir nuestra forma de ver estas prácticas porque vamos a la Biblia y no vemos que se adore o venere a Dios de esta manera.
Tan sólo vemos una situación similar. Esta práctica de adorar una imagen se realizó cuando las personas se alejaron de Dios, no cuando estaban cerca de Él. Lee Éxodo 32 y verás lo que sucedió. El pueblo de Dios se dedicó a cantar y adorar a una escultura que ellos mismos habían creado y la historia cambió por completo. Pero todo fue para mal, porque no dieron el valor que Dios merecía, no recordaron lo que Dios hizo por ellos al sacarlos de Egipto.
¿Y nosotros? ¿Qué esperamos que suceda en Bailén cuando se canta, se ofrenda y se alaba a una imagen tenga la cara que tenga? ¿Creemos que somos tan diferentes al pueblo que aparece en la Biblia? ¿De verdad creemos que Dios necesita una romería para sentirse satisfecho con Bailén?En la Biblia leemos: «Tú no deseas sacrificios; de lo contrario, te ofrecería uno. Tampoco quieres una ofrenda quemada. El sacrificio que sí deseas es un espíritu quebrantado; tú no rechazarás un corazón arrepentido y quebrantado, oh Dios.» Salmo 51:17-18 NTV
Os rogamos que penséis en estas cosas. No se trata sólo de revisar tradiciones y creencias. Se trata de reflexionar y ser honestos con lo que hacemos. Es importante pensar en la base que tienen nuestras acciones, en el motivo por el que hacemos las cosas. Porque en la Biblia Dios no necesita romerías y mucho menos comparte su gloria con nadie.
Por favor os pedimos, si creemos en Dios, pensemos en el lugar que ocupa en nuestras vidas cada día del año. Y no coloquemos a nadie por delante de su Hijo Jesús. Porque Él fue el único que decidió sufrir voluntariamente en aquella Cruz, el único que dijo:
«Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.» S.Juan 14:6
Escrito por Abraham Sampedro
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