Es curiosa la forma que Dios tiene de acercarse a las personas.
Digo curiosa porque tal vez, al ser Dios y por ello el que tiene todo el poder para sostener el Universo, se espera que contacte con nosotros con una actitud distinta. Tal vez en actitud amenazante, avisando de que seamos buenos ”porque soy Dios y verás como me enfade.”

O tal vez sea eso lo que nos han contado y no hemos leído demasiado la Biblia.

Porque si lees la Biblia, por ejemplo los libros de los profetas como Oseas, te darás cuenta de algo completamente distinto.

Leyendo cada capítulo te das cuenta de algo increíble. Dios habla a través de personas elegidas para que volvamos a Él.

Los profetas comunicaban a quien quisiera escuchar aquello con lo que Dios no estaba de acuerdo. Conforme leemos algunos libros proféticos nos damos cuenta de que el pueblo de Dios no siempre tenía a Dios en cuenta en sus decisiones. Su pueblo sabía mucho de la historia, de lo que Dios había hecho por ellos. Pero muchas veces se dejaban influir por costumbres de otros pueblos y se alejaban de Dios.

Como pasa hoy en día. En ocasiones somos como las montañas rusas que suben poco a poco hasta llegar a un punto y de repente caen a toda velocidad. Y así se repite la misma historia muchas veces. Algunos suben muy rápido y la caída es mucho más dolorosa.

Pero Dios no quiere ese tipo de relación con nosotros.

  • Él quiere que volvamos para estar siempre a su lado.

Dios quiere restaurar su relación con su pueblo. Nos dice que hacemos cosas que no están bien. Y a veces, en nuestro interior, hasta le damos la razón. Pero Dios no se queda ahí. El corazón de Dios es tan amoroso que siempre nos pide que volvamos.

¿Pero a quién llama para que vuelva? Llama a todas las personas.

En el versículo que hay en la imagen y por el contexto histórico sabemos que Dios estaba llamando a su pueblo.
Porque Dios sabía que su pueblo sufriría si no estaba cerca de Él.

Pero esto es válido para nosotros hoy. Para los que creen y para los que no. Para los que creen pero no acaban de vivir disfrutando de Él y también para los que no quieren saber nada de Él.

Dios no quiere vivir sólo en el corazón de algunos cristianos. Él quiere que todas sus criaturas regresen. Porque una vez todo fue perfecto. Al principio todo estaba bien. Hasta que el ser humano pecó y todo cambió.

Leemos en 2 Pedro 3:8 "El Señor no se tarda en cumplir su promesa, según algunos entienden la tardanza, sino que es paciente para con vosotros, no queriendo que nadie perezca, sino que todos vengan al arrepentimiento."

Dios nos quiere a todos con Él. Para que disfrutemos de una vida completa. Y nos ofrece la oportunidad de volver.
Porque volver a Dios, tener una relación personal con Él es algo que cambia nuestra vida.

Dios quiere que todos volvamos porque sabe que sin Él todo será mucho más difícil.

Dios no quiere un poco de nosotros.

Él no quiere vivir en nuestra mente un día a la semana.
No nos pide que volvamos un rato un domingo por la mañana.

  • Algunos “cristianos” creen que no han de volver.

Creen que lo de volver es para los que no creen en Dios y restan importancia a una relación íntima con Dios porque ya se arrepintieron de sus pecados. Algunos piensan que ya pueden hacer lo que les plazca porque ya tienen la salvación. Como si ellos mismos la hubieran conseguido.

El caso es que tampoco llegan a disfrutarla porque así como el pueblo de Dios en la Biblia, se dejan llevar por una decisión que tomaron de seguir a Jesús y piensan que todo está solucionado. Entonces muchas veces se dejan llevar por las influencias de este mundo y hasta que no viene una desgracia no quieren tomar en serio su fe en Dios. Cuidado porque esto nos puede pasar a todos.

Esa fue una de las actitudes del pueblo de Dios. Como pertenecían a su pueblo amado, todo estaba arreglado.
Y comenzaron a ir por su cuenta. Y así les fue.

Esto nos puede pasar a nosotros hoy. Pero Dios quiere más.

  • No debes ser una buena persona para creer en Dios

Dios no dice: "Volved a mi los de corazón limpio" sino "os daré un corazón nuevo y pondré un espíritu nuevo dentro de vosotros; quitaré de vuestra carne el corazón de piedra y os daré un corazón de carne." Ezequiel 36:26

Con esto quiero decir que Dios quiere que volvamos a Él y luego Él mismo será el que transforme nuestro corazón. Y sólo Él puede hacerlo.

Puedes intentar ser una buena persona y luego llega alguien que te dice, "Estupendo, eres una buena persona. Pero no eres perfecto y para que Dios te salve debes arrepentirte de tus pecados y confiar en que el sacrificio de Jesús en la Cruz. Porque sólo Él fue perfecto y la única de volver a Dios es creer en Jesús. No hay otra forma de conseguirlo"

Creer que la sangre que su Hijo Jesucristo derramó en aquella Cruz tiene el poder de limpiar todo lo que te aleja de Dios.

No depende de si hemos sido mejores o peores personas antes de conocerle. Dios no quiere que crean y vuelvan a Él sólo los buenos. Él no quiere a los más santos, a los mejores para hacer un equipo de categoría. Dios no quiere que a su lado estén los perfectos sino que transforma al que está con Él para que se convierta en su mejor versión como persona.

  • Cuando vuelves a Dios, Él te enseña a practicar la verdadera misericordia y justicia.

Dios no te abandona una vez que pone en tu corazón la voluntad de seguirle. Es todo lo contrario. Cuando volvemos a Él y leemos la Biblia, comienza un mundo nuevo. Hay un proceso en el que vamos descubriendo cómo es Dios. Conocemos su amor, su carácter misericordioso, justo, compasivo, fiel…Por ejemplo puedes empezar por los Evangelios para saber más detalles de la vida de Jesús. ¡Porque Jesús es Dios en persona!

Y como Dios conoce nuestro corazón, con nuestros altibajos… también nos enseña a esperar en Él, porque sabe que le necesitamos. Sabe que nuestra vida no es fácil, pero quiere estar con nosotros para demostrarnos que se puede descansar en Dios.

Él ama a todos los que se acercan buscando consuelo, buscando perdón.
Dios quiere que disfrutemos del verdadero significado del amor, del amor de verdad.
El amor de alguien que al principio creó al ser humano que se alejó de Él desde el comienzo, luego le habló de distintas formas a través de diferentes personas para que volviesen a Él y finalmente actuó de una forma especial enviando a su propio Hijo, Jesucristo.

Pero Jesús no sólo habló. También hizo.

Jesús, siendo alguien perfecto, sin nada que reprochar, cambió la Historia de la Humanidad. Él trajo un mensaje de Salvación, un mensaje para que todos volviésemos a Dios. Un mensaje apoyado por su vida, vida que entregó hasta la muerte. Porque para restaurar la relación con Dios alguien debía ser sacrificado. Y el único perfecto era Jesús, su propio Hijo.

Hizo todo lo que era necesario para que tu y yo hoy podamos volver a Dios.
Volvámonos a Él, acerquémonos confiadamente como dice en la Biblia. Porque Él quiere que todos disfrutemos de su presencia, los que creyeron pero han estado alejados de Él…y también los que todavía no le conocen. Todos necesitamos volver al Señor.

¿Quieres que hablemos? Contacta o visítanos en la Calle Carpinterías 28 (antigua calle García Morato) de Bailén.

Mensaje escrito por Abraham Sampedro

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