No voy a descubrir nada nuevo si digo que vivimos en una sociedad en la que nos sentimos como extraterrestres cuando vemos las caras de los que nos oyen hablar de pecado, de una persona llamada Jesucristo y a veces incluso de Dios.
Esta semana he podido observar esto desde fuera. Si algo pasa en la temporada de la aceituna es que tienes tiempo de hablar de todo. Hemos podido pasar laargo tiempo hablando de futbol, política etc.
Pero un día una persona de etnia gitana se quejaba de que algunas veces se blasfeme el nombre de Dios.
Hasta aquí todo normal, el hombre se puso a predicar el evangelio de la manera en la que él sabía y como decía, las personas que le rodeaban empezaban a poner caras raras y a reírse.
En una de las conversaciones aparecieron las cosas que se hacen en Semana Santa y ya empecé a ver claro algo que pasaba. No sabían responder el porqué hacían algunas cosas.
Todos sabéis como muchos celebran la muerte y la resurrección de Jesús.
Pero porqué así y no de otra forma? No lo saben. Nunca han leído en la Biblia nada contrario y ni siquiera han leído una letra de la Biblia.  En general no se lee y la Biblia, menos.
Y todo esto me ha hecho reflexionar en el pasaje que veremos hoy.
Vamos entonces a leer en 1 Pedro 3:15 y 16
“estad siempre preparados para presentar defensa con mansedumbre y reverencia ante todo el que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros;
    16 teniendo buena conciencia, para que en lo que murmuran de vosotros como de malhechores, sean avergonzados los que calumnian vuestra buena conducta en Cristo. “

Como creo que todos sabéis Pedro está hablando a personas que están fuera de su lugar de origen, que sufren y necesitan ánimo, aliento, y como podemos ver Pedro está poniéndose de parte de ellos animándolos a no desfallecer en medio de tantos problemas.
Gracias a Dios la mayoría de los cristianos no tenemos los mismos problemas que estos hermanos.
Volviendo al texto yo me preguntaba, verdad que en esta sociedad todo el mundo pide respeto por sus ideas?
Nosotros podemos hablar de nuestras creencias lo mismo que todos, pero aquí veremos el modo en el que debemos exponer nuestras creencias y la importancia de nuestra vida diaria.
 Me gustaría compartir con vosotros tres ideas importantes del pasaje que hemos leído.
Qué nos pide el apóstol Pedro?  Responsabilidad. Que estemos siempre preparados…
-Estas palabras  a veces pueden no cuadrarnos dentro de nuestra vida de tanto estrés. El apóstol remarca siempre preparados porque lleva integrado algo que debería hacernos pensar. Debemos tomar tiempo para reflexionar en lo que creemos. No nos puede pasar como a las personas de las que os hablaba.
-No se puede estar preparado si no pasamos tiempo estudiando la Palabra de Dios. No podemos hablar de algo que desconocemos. 
-Debe ser un conocimiento de primera mano, no simplemente porque otros nos lo hayan contado, debemos pensarlo a fondo y meditar en porqué lo creemos, y por qué hacemos lo que hacemos. Lo que creemos es algo que debe hacernos reflexionar no solamente de manera colectiva sino también individual, porque cada uno llevará su propia carga, como leemos en gálatas 6:5
De qué manera debemos presentar nuestra fe? De qué forma podemos responder cuando la mitad del tiempo vemos personas que están riéndose de nuestros razonamientos?
Debemos pedirle a Dios que nos dé la mansedumbre y reverencia que leemos en este pasaje.
La mansedumbre es una de las cualidades del fruto del Espíritu Santo, y es algo que junto a la reverencia y el amor facilita que te escuchen.
No podemos caer en la tentación de ser arrogantes presentando el evangelio, lo más probable es que dejen de escucharnos y nos dejen con la palabra en la boca.
Intentemos reflexionar en el hecho de que es incompatible un aumento en conocimiento de Dios  y de la persona de Jesús y que a la vez aparezcan en nosotros la arrogancia, el orgullo etc… no pueden entrar en la actitud cristiana cosas tan contrarias si entendemos la realidad de que el que nos ha salvado no actuó de esa manera.
No invento nada, si leemos  las palabras de Pablo en Colosenses 4:6 “Sea vuestra palabra siempre con gracia, sazonada con sal, para que sepáis cómo debéis responder a cada uno.” 
Cómo tienen mayor peso nuestras palabras?
Las palabras “teniendo buena conciencia” nos dan la fuerza para que nuestra defensa tenga peso, que tenga poder. No hay palabra que valga sin una vida que se corresponda a lo que decimos ser.
Un santo -como ha dicho alguien- es alguien cuya vida le hace más fácil a los demás creer en Dios.
Si somos honestos, sabemos que nuestro comportamiento influye en lo que los demás piensan de nosotros. No es tanto lo que digamos sino lo que vivamos. 
El apóstol Pedro escribió en los versículos 11 y 12 del capítulo 2 en su primera carta:
Amados, yo os ruego como a extranjeros y peregrinos, que os abstengáis de los deseos carnales que batallan contra el alma,  12 manteniendo buena vuestra manera de vivir entre los gentiles; para que en lo que murmuran de vosotros como de malhechores, glorifiquen a Dios en el día de la visitación, al considerar vuestras buenas obras.
Hermanos y hermanas, preguntémonos antes de nada si sabemos en qué o en quién creemos como para saber contárselo a alguien y pidámosle a Dios que no caigamos en lo que tal vez sea más fácil, como podría ser la pereza y las expresiones tales como “siempre se hizo así”
A Dios solamente le podemos conocer mediante su Palabra, lo que Él quiere es que le conozcamos y así poder contagiarnos de su sabiduría y  amor que nos capacitarán para poder hablar de Él y expresarnos confiados en que lo que creemos tiene trascendencia en nuestra vida actual y en la que nos espera.

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