Como habréis notado, lo que vemos en este texto son dos situaciones asombrosas. Sabemos que Jesús, a lo largo de su vida hizo muchas cosas asombrosas como es el caso de los milagros.
A veces parece que los cristianos nos hemos llegado a acostumbrar a leer los milagros y no les damos la importancia que se merecen. Y es que realmente fueron acciones sobrenaturales que Jesús decidía hacer con quien quería y en el momento que deseaba. Estas cosas fuera de lo común siempre son cosas que cuesta asimilarlas porque están fuera de toda ciencia y comprensión humanas. No voy a referirme aquí a las técnicas que Jesús utilizaba para hacer milagros porque no tengo la más remota idea. En esta breve reflexión me gustaría fijarme en dos comportamientos que podemos aprender de la persona de Jesús y un tercero que es el que motiva a Jesús a actuar con misericordia.
1. Jesús decide ayudar en cualquier situación
2. Jesús ayuda a personas muy diferentes
3. De qué modo debe encontrarnos Jesús para ayudarnos
Veamos entonces el primer punto.
1. Jesús decide ayudar en cualquier situación
Todo aquel que haya leído el texto se habrá dado cuenta de algo que a mí me ha llamado la atención. Si os fijáis, la misericordia de Jesús es algo increíble. Leyendo el desarrollo del texto vemos que comienza escuchando las palabras de una persona angustiada, que habla a Jesús de su hija, rogándole que vaya a verla y la sane. Esto por un lado.
Luego que Jesús decide ir a sanar a la niña, entre el lugar donde Jairo le ruega y su casa, Jesús decide ayudar a una mujer que toca su manto. La sana, sin ninguna queja por haberla ayudado. Su misericordia permanece de manera continua, sin fin.
Jesús no pone las excusas que muchas veces ponemos los cristianos a la hora de ayudar, incluso entre nosotros, no esperemos que las personas que no creen piensen mejor de nosotros, tratemos más bien de demostrar lo que decimos ser. Reflexionemos en esto. No es que todos debamos ser misioneros en África o que entreguemos todas nuestras ganancias (que ahora serán menos…) a una ONG que ayuda a los que tan mal lo han pasado por el desgraciado terremoto de Haití. La idea es un cambio de actitud, es la reflexión en aquello que hacemos con lo que tenemos y somos. Tratemos de conectar con la actitud permanente de Jesús en relación a las personas, reconociendo en lo que fallamos y lo que nos cuesta cambiar.
2. Jesús ayuda a personas muy diferentes
Si hay algo que llama la atención de Jesús entre muchas cosas es que amaba a las personas por encima de su nacionalidad y su condición social. En este texto que hemos leído vemos que Jesús no trata de mejor manera a un principal de la sinagoga que a una mujer que estaba enferma desde hacía muchísimo tiempo.
Si analizamos a los dos personajes veremos que si hubiera querido lo habría hecho de otra manera.
Por un lado está el principal de la sinagoga (se podría decir que el Templo era el lugar de la adoración y de los sacrificios; la sinagoga era el lugar de la enseñanza y la instrucción)
Este hombre tenía una relevancia social dentro de la sociedad judía. Era uno de los hombres más importantes y más respetados de la comunidad. Un hombre bien situado económicamente, que era responsable de la administración de los asuntos de la sinagoga y de la organización de sus servicios.
Y por otro lado estaba una mujer, persona generalmente de segunda categoría en la sociedad judía, que sufría una enfermedad que producía una impureza ritual que le provocaba estar alejada del Templo y de las demás personas con la consecuente soledad que esto produciría en ella.
Jesús sabía en qué condiciones estaban los dos, no dijo al importante que le ayudaría y a la señora que no sino que no se echó atrás para ayudarles como tal vez hacemos algunos de nosotros por temor a los demás o por seguir nuestro camino, con nuestra estresada vida que a veces no nos deja tiempo de parar a reflexionar en lo que hacemos con ella y con los que nos rodean.
3. De qué modo debe encontrarnos Jesús para ayudarnos
Pero lo que yo entiendo que pasó por la mente de Jesús y que le motivó de alguna manera a actuar como finalmente actuó fue el modo en el que ambos personajes se dirigieron a él.
Tanto el que tenía tanta relevancia social como la que estaba aislada socialmente sentían la impotencia, la incapacidad de seguir su vida sin la ayuda de Jesús. Estas dos personas reconocieron a Jesús como el único que podía ayudarles, lo leemos en el texto:
“5:22 Y vino uno de los principales de la sinagoga, llamado Jairo; y luego que le vio, se postró a sus pies,
5:23 y le rogaba mucho, diciendo: Mi hija está agonizando; ven y pon las manos sobre ella para que sea salva, y vivirá. “
Crees que es una actitud normal en un principal de la sinagoga? Mas bien es una actitud de alguien desesperado al que no le importan los prejuicios, su propio orgullo, su dignidad y lo que digan de él sus amistades, que ya creían que Jesús solamente les iba a traer problemas.
A Jairo no le importó lo más mínimo todo esto sino que reconoció su necesidad de Jesús y pensó que solamente él podría hacer algo en relación a la enfermedad de su hija.
La actitud de la mujer que tocó el manto de Jesús no fue distinta. Esta mujer había gastado todo cuanto tenía y a pesar de todo no le había ido mejor sino todo lo contrario. A ella no le importó que la reconocieran en medio de tanta gente apretujada, no le importó para nada que dijeran que no podía estar allí y lo sabía. En lugar de esto pensó en que Jesús tenía la solución para su enfermedad y había que conseguir por lo menos tocar su ropa y seguramente sería sanada. En lugar de pensar que ya estaba perdida y que no merecía la pena seguir viviendo dice el texto :
“5:28 Porque decía: Si tocare tan solamente su manto, seré salva. “5:33 Entonces la mujer, temiendo y temblando, sabiendo lo que en ella había sido hecho, vino y se postró delante de él, y le dijo toda la verdad. 5:34 Y él le dijo: Hija, tu fe te ha hecho salva; vé en paz, y queda sana de tu azote.”
Como puedes ver la actitud de ellos cambió y esto provocó la actuación de Jesús, la fe de ambos era lo que hizo que Jesús respondiese a sus peticiones incluso en el momento en que Jairo recibe la noticia de que su hija ha muerto , Jesús lo anima con las palabras “ No temas, cree solamente”
Y esto es lo que nos pide Jesús, una firme y genuina fe, reconociendo que con él si podemos vivir seguros, que lo que vaya viniendo lo controla y está al mando sabiendo qué hacer con cada situación.
Pidámosle a Dios más fe y más interés en parecernos más a Jesús, como el que nos ayuda en cualquier situación, sin mirar si tenemos más o menos o si somos alguien más o menos importante porque sabemos qué es lo que realmente quiere de nosotros, que le reconozcamos como nuestro Salvador y veamos nuestra incapacidad de seguir nuestra vida por nuestra cuenta sabiendo que este Jesús, que dio su vida por los demás cada día a lo largo del tiempo que vivió, puede y quiere mejorar nuestras circunstancias actuales a través de su amor y su comprensión, sabiendo lo que somos y lo que necesitamos.

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