Esta película sobre la conversión de una somalí al cristianismo tiene la intención de motivar a los cristianos de occidente a que oremos por los somalís y veamos una historia real de una somalí que pagó un altísimo precio por creer en Jesucristo.
He intentado traducir el vídeo, aquí os dejo el resultado y espero que os ayude.
«No os puedo decir mi nombre o mi familia será castigada por lo que he hecho. No os puedo decir mi nombre pero necesito explicaros mi historia.
Soy somalí, y ser somalí es ser musulmán. Nuestra religión es nuestra cultura. Los somalís son muy cercanos, lo compartimos todo, en casa solo había una habitación y éramos siete. Todos crecíamos junto, primos, tíos, tías, abuelos, todos dependemos de todos.
Cuando estaba en secundaria mi padre murió. Mi tío tomó la responsabilidad de mi familia, proporcionando comida, educación, todo. Es nuestra costumbre cuando el padre fallece.
Mi tío me trajo a la ciudad para vivir con su familia, los que permanecen en África. Él me escogió de entre mis hermanos y primos porque confiaba en que haría algo en el futuro, que cambiaría la familia y la comunidad.Algunos dijeron que era un error, que yo debía quedarme en la aldea y encontrar a un marido. En algunos aspectos ellos llevaban razón, porque fue allí, en aquella ciudad, donde conocería personas que cambiarían el curso de mi vida.
Siempre me han enseñado que todo el que no es somalí es cristiano, que toda la maldad que vemos en televisión y películas es porque ellos son cristianos.
Pero cuando conocí a mis nuevos vecinos, ellos eran diferentes. Se presentaban como cristianos pero no eran borrachos, ni adúlteros o inmorales como me enseñaron. A pesar de que no conocerme, me recibieron compartiendo su hogar conmigo.
Comencé a pensar… «no, vosotros deberíais ser musulmanes porque sois muy buenos, mejores incluso que los musulmanes» se lo dije a ellos y luego comencé a pensar que si ellos eran realmente cristianos entonces qué era aquello que me habían enseñado?
Antes de hacer cualquier pequeña actividad ellos oraban y esta es la primera vez que veía aquello, diferente a lo que había visto en televisión. Sentada con ellos, escuchándolos y viéndolos me di cuenta de que yo quería aquello, quería orar de aquella manera, es la manera en la que quiero hacerlo, exceptuando la parte del final donde decían «en el nombre de Jesús» que era la parte en la que yo entraba en conflicto. Ellos oraban por todo en su vida, como si estuviesen hablando con alguien que conocían, como un padre.
Esto llevó a muchas discusiones sobre religión, sobre quién es Dios, sobre quiénes somos nosotros.
Ellos me hicieron preguntas sobre el Islam y yo se les hice preguntas sobre el cristianismo. Yo les dije, no… esto no es cristianismo. Entonces me dirigían a la Biblia, la leíamos juntas y pronto quise saber más, quise leerla por mí misma. Les pedí una Biblia en propiedad.
La leí en secreto. Y seguí leyendo y leyendo y sólo quería leer más y más pero luchaba con la idea de quién era Jesús.
Siempre me han enseñado que Dios es uno pero que tenga un hijo? es blasfemia! tendría que casarse? tener una mujer? y es imposible! yo no podía ni siquiera escucharlo!
En el Corán, Jesús sólo era uno de los 25 profetas de Alá y Dios es completamente distinto a los profetas, yo no puedo hablar con Él del mismo modo que puedo hablar con un primo!
En la Biblia hablan de Dios como alguien que realmente ama y se preocupa por ellos y está con ellos como el padre con sus hijos pero para nosotros Dios no puede ser así, está alejado de eso.
Pero yo sabía que estos dos libros no podían llevarme hacia Dios. El Corán dice que la Biblia ha sido torcida y distorsionada aunque a medida que leía la Biblia me convencía y dije, aunque esto sea cierto no hay manera de que lo acepte, soy somalí y no hay otro mundo en el que pueda vivir.
Si lo acepto seré asesinada, quiero tener una vida, quiero casarme, me quedaré sin familia!
Pero cuanto más cerca estaba de mis amigos cristianos y cuanto más estudiaba, más problemas me causaban a mí y a mi familia.
Mi familia quería saber de donde venían todas las dudas, no debíamos preguntar a los cristianos aquellas dudas que tenía sobre el Islam. Me encerraron. Me excluyeron de la familia. Me sentí muy sola.
Mi hermano me hizo ver vídeos con mensajes que decían que no podíamos ser amigos de cristianos, mensajes que decían que no podíamos comer con ellos ni tampoco darles la mano pero estas eran todas las cosas que yo hacía y le dije a mi hermano, «es diferente a verlo en vídeo!» pero no me escuchó sino que decía, «nos estás avergonzando! eres una infiel?»
Mi hermano , mi comunidad me envió fuera de la ciudad de vuelta a la aldea, de vuelta al desierto.
Mi hermano , mi comunidad me envió fuera de la ciudad de vuelta a la aldea, de vuelta al desierto.
Cuando regresé a la aldea el castigo estaba preparado. Ellos orinaron durante 5 días alrededor de mí tratando de sacar el diablo de mi interior. Escupían en un cuenco y me hacían bebérmelo diciendo que aquello me purificaría. Me hicieron orar pero no tenía ninguna esperanza en estas oraciones y me sentí más impotente que nunca. Pensé, mi vida se acaba , es este mi futuro? es esto lo que voy a ser? Tenía que huir!
Mi madre me rogó que no me fuese, «no!..si te vas sufriremos! tu tío dejará de mantenernos y no tenemos nada! ninguno de nosotros! moriremos!» yo le decía «sólo déjame huir!» «no puedo aceptar esta vida!» y al final me dejó marchar.
Me puse el velo islámico y esta vez no para demostrar mi sumisión sino para ocultar mi identidad, era mi única manera de escapar y tenía una sola oportunidad.
Tomé el último billete de autobús pero tuve que correr. Mi corazón latía tan rápido que pensé que se me salía. Mientras huía, en mi corazón solamente estaba orando, solamente orando porque pudiese escapar.
Pero dos horas fuera de la aldea el autobús se averió. Todos bajaron del autobús, yo me quedé allí sentada. Podía ver a los hombres bajo el autobús, podía escuchar todos los ruídos pero estaba congelada. Pensé «están viniendo, viniendo para cogerme. Nunca me sentí tan indefensa. Pero luego recordé las cosas que había leído de Jesús, los milagros que él hizo, recordé todas aquellas conversaciones con mis amigos cristianos, sobre cómo Jesús sanó a los enfermos, como resucitó a los muertos, si realmente es verdad entonces él me puede ayudar. Toda mi esperanza estaba en esta oración : «si tu realmente eres el Hijo de Dios, Dios de milagros, puedes salvarme?» Y aquella fue la primera vez que dije » en el nombre de Jesús»
Y entonces lo sentí, una mano en mi hombro, un susurro en mi oído, «sí es verdad». Me dí la vuelta para ver quién hablaba. No pude ver a nadie pero supe que estaba allí, Jesús estaba allí. No estaba sola! No estaba asustada! fue entonces cuando lo sentí.Se oyeron gritos de alegría alrededor! El autobús se había reparado! Unos momentos después reanudamos la marcha. Mis oraciones fueron respondidas. De algún modo fui salvada.
Viví de forma segura volviendo a la ciudad, la ciudad donde vivo hoy y sí , todavía soy somalí, no tengo porqué vestir de manera distinta o comer diferentes alimentos pero algunas cosas son distintas.
En muchos aspectos soy una mujer sin una tierra, sin una familia, soy una cristiana somalí, una contradicción .Y no ha sido fácil, especialmente estos años mudándome de casa en casa, las pérdidas, la soledad…seguir a Cristo me ha costado todo pero merecía la pena.
A pesar del rechado de mi gente soy una somalí contra el mundo, yo y mi clan contra Somalia, yo y mi familia contra el clan, yo y mi hermano contra la familia, yo contra mi hermano.
Pero ya no pienso más así sino que ahora oro por cosas diferentes. Oro para que Dios redima a la gente de Somalia. Ellos no son los enemigos, sólo necesitan conocer la verdad. Oro para que mi gente conozca al Jesús de la Biblia. Oro para que otros creyentes alrededor del mundo recuerden a los somalís para que oren por ellos e intercedan ante Dios por ellos como mis amigos cristianos hicieron conmigo.
Oro para que Jesús restaure mi relación con mi familia. Echo de menos a mi madre y mis hermanas, echo de menos a mi hermano.»
Hay 17 millones de somalís. Menos del 1% conocen a Jesús. El evangelismo tradicional es casi imposible en Somalia. Pero casi la mitad de todos los somalis viven en la diaspora, dispersos alrededor del mundo.
La iglesia global es inconsciente de la oportunidad delante de ellos.
En somalistory.com hay un estudio bíblico y una guía de oración anual ambos en inglés.
En somalistory.com hay un estudio bíblico y una guía de oración anual ambos en inglés.
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